Liv Silber es una adolescente de quince años que, tras la separación de sus padres, ha vivido en varios lugares, mudándose de casa y de colegio, regularmente. Nunca tuvo un hogar estable, ni amigos permanentes, a causa de los continuos viajes. Hasta que un día, se muda con su hermana a Londres, ciudad donde por fin su madre les promete será su hogar permanente. Llegan con la ilusión de mudarse las tres en una lujosa casa…. hasta que se enteran de que en realidad vivirán con la actual pareja de su madre, y los dos hijos de ésta. A Liv no le agrada para nada este sorpresivo cambio, pero poco a poco consigue adaptarse, aprende a convivir con su nueva familia.
En el colegio, conoce a los mejores amigos de su nuevo hermanastro, Grayson: Jasper, Henry y Arthur; y a lo que será algo así como su consejera, Persephone.
Todo parece normal en la nueva vida de nuestra protagonista: casa nueva, colegio nuevo, adaptarse a la nueva familia, hacer amigos…. pero todo cambia cuando, una noche, en uno de sus sueños, Liv termina en un cementerio…. en medio de lo que parece ser un ritual realizado por cuatro chicos, hecho que la llevará a misterios de los que no se resistirá a resolver.
Este libro lo empecé por una simple razón: ya había leído la trilogía Piedras Preciosas de la misma autora, y me había encantado. Por eso, no dudé en sumergirme en otro de sus libros, sin dudar de que me encantaría tanto como los demás. Sin embargo, para ser el primero de una trilogía, quedaron algunas cosas sin resolver, me quedé con ganas de saber más.
Como expliqué anteriormente, Liv debe adaptarse a una nueva vida en Londres, con una familia más numerosa, y empezar un nuevo colegio, hacer amigos en él…en síntesis, adaptarse a nuevos cambios. La autora a mi parecer desarrolla bien esto, al plasmar lo difícil y a veces tedioso que puede resultar acostumbrarse a un nuevo estilo de vida, con una familia cuyos integrantes pueden no caerte bien a veces (en el caso de Liv, nunca le agradó la pareja de su madre, o su nueva hermanastra, Florence) o por el contrario, agradarte luego de conocerlos bien (como le sucede a la protagonista con Grayson). También, el proceso de hacer amistades en el colegio, de conocer a muchas personas que tienen una historia detrás.
La trama principal, la de los misterios, me parece que no fue desarrollada de forma correcta en su totalidad. La misma se desarrolla de manera un poco lenta al comienzo, hasta que toma un ritmo más fluido. Muchas cosas suceden antes de llegar al clímax, que se mantiene hasta el final.
La parte de los sueños me pareció fascinante, cómo la autora describe ese mundo lleno de puertas con variados diseños dependiendo de sus dueños… el concepto de que en los sueños, uno puede ser libre e imaginar lo que sea…. pero a la vez, son armas de doble filo: a través de ellos, las personas pueden conocer nuestros mayores secretos y debilidades, y usarlos en nuestra contra.
El tema de los rituales, que es el mayor misterio del libro, se va resolviendo de a poco, y se vuelve más interesante al llegar al clímax, donde nos enteramos de por qué los realizan, en qué consiste el nuevo ritual… y cómo nuestros personajes están involucrados en él, en especial Liv. El final la verdad es que me sorprendió, no me lo esperaba. Pero me quedé con ganas de saber más, mucho más. Espero que el segundo libro aclare algunas cuestiones que este primer libro dejó sin resolver.
Respecto a los personajes, nunca pude conectar con la protagonista, porque me pareció muy impulsiva. No dudaba ante nada para conseguir respuestas a los misterios que la rodeaban, aceptando propuestas que, en mi opinión, necesitaban de un buen rato para analizar los pros y los contras antes de decir que sí. Se arriesgaba, y luego se daba cuenta de los peligros que corría.
La familia de Liv en general no me cayó muy bien… la madre principalmente, una mujer algo tonta y superficial. De la pareja de ésta no puedo decir mucho, pero se notaba que era una persona seria y centrada en lo suyo. Lottie y Mia fueron personajes que me agradaron, la primera es la niñera de las chicas, una persona dulce y compañera, que es como su segunda madre, y la segunda es la hermana menor de Liv, quien no teme decir lo que piensa ni inventarse cualquier cosa.
De los chicos, Grayson fue quien me cayó mejor, de hecho, es de mis personajes favoritos de la historia, porque es de los pocos conscientes de los peligros que corren él, sus amigos y su nueva hermana, y no duda en informarle a ella de los mismos, ni de protegerla cuando la situación lo amerita. El siguiente es Henry, quien, al igual que Grayson, conoce los peligros por los que todos pasan y le aclara a Liv los misterios que le rodean, ayudándole mucho en el sentido de entender lo que sucede. Jasper y Arthur no fueron de mi agrado, del cuarteto son los que se toman todo a bromas, creen que no corren peligro alguno. Jasper está sólo para aportar la cuota de humor al grupo, y Arthur es demasiado perfecto para ser real.
Hay otros personajes menos importantes, como Persephone, la nueva “tutora” de Liv en la escuela, es quien le enseña el lugar, le ayuda en las clases, etc. Aparece al comienzo del libro y nos olvidamos por completo de ella hasta el final, donde no aporta nada importante. Luego está Secrecy, una chica o chico (nadie sabe) que bajo esa identidad secreta, postea todos los chimentos del colegio en un blog. Gracias a ella, podemos conocer un poco más a algunos personajes, en especial sus relaciones de amistad o noviazgo. Por último, un personaje particular es Anabel, la ex novia de uno de los chicos del cuarteto. No revelaré mucho, pero es una persona misteriosa, que sabe más de lo que dice, y que no es lo que parece ser. Sin duda un personaje al que la autora le da un giro sorprendente.
Sobre el romance, me gustó, porque empieza de a poco, no es el típico caso de amor a primera vista, van lento, se toman su tiempo para conocerse.. el ritmo con el que avanza me pareció el ideal. Además, se nota que ambos se quieren mucho y son muy adorables.
En general, considero que la autora tenía la idea para esta trilogía, pero no la supo desarrollar bien, dejando misterios sin resolver y al lector con ganas de saber más… A mí al menos no me llenó por completo. Sus personajes son muy variados y pocos lograron caerme bien. Las dosis de misterio y suspenso están presentes en todo momento, logrando enganchar al instante y no dejar el libro hasta el final.
En cualquier momento ya me leo la segunda parte, para saber cómo sigue esta historia.
Dream a little dream.